domingo, 28 de octubre de 2012

Mis personajes inolvidables


MIS PERSONAJES INOLVIDABLES

                                                                 Escribe  : Antonio Salas Casado - Promo 1962 CNMS


En la conocida revista  “Selecciones ” del Reader´s Digest , se publicaba  una sección de  “MI PERSONAJE INOLVIDABLE”  siempre quise enviar a Selecciones un artículo para esa serie porque pensaba que tenía el personaje ideal  y así fui dejando pasar el tiempo sin alcanzar ese deseo hasta que hace poco realice un viaje de vacaciones navideñas a Tupiza y me encontré con un paisano, el Periodista Carlos Aparicio que elabora documentales en video sobre personalidades de los Chichas y nuevamente renació en mi la idea de escribir sobre mi personaje inolvidable lamentando que con el paso de los años haya olvidado muchos detalles, pero entre tanto pude darme cuenta que no tengo un personaje inolvidable sino dos y por eso el título de esta narración que además tiene un doble motivo, el de rendir homenaje a los padres de tres de nuestros compañeros de curso pues les  narraré nada más ni nada menos algunas anécdotas de don Gonzalo Artola y de don Roberto Jerez  y de perpetuar su memoria como ejemplo de vida familiar y de valores reales para una sociedad. 

LOS ARTOLA

Empecemos por la familia Artola, don Gonzalo era un ingeniero de minas de padres ingleses pero había nacido en altamar en un barco de bandera chilena, fungía una temporada en Tupiza como Cónsul Chileno y tenía documentación y sellos de Antofagasta de cuando todavía era territorio boliviano.
En Tupiza se consideraba más tupiceño que el  agua de mote y asistía a nuestros desfiles por el desvío del río Lauca sin inmutarse por su condición de Cónsul, quizás porque era honorífico y nunca le pagaban por ese cargo.
Enrique,Gonzalo,doña María,don Gonzalo,Mario
Marcos,Jorge,Josela (sobreviviente,vive en El Torno Santa Cruz)
Fotos de flia. José Artola 2012
Don Gonzalo y Dña María , su esposa tenían numerosa familia, por lo menos media docena de hijos de los cuales Jorge fue nuestro compañero y como mi familia era muy amiga de la suya, cosa que era común en Tupiza pues todos éramos amigos de todos, ocurrió que conocíamos detalles de esa singular familia.
Don Gonzalo al principio se dedicaba a la minería y en una ocasión tuvo un pleito con otro minero que reclamaba derechos sobre alguna mina, práctico como siempre fue don Gonzalo, propuso a su oponente una solución rápida sin recurrir a juicio ni a abogados, la propuesta consistía en sentarse ambos sobre dos cajones de dinamita, cada uno sosteniendo en sus manos la mecha del otro cajón y así ponerse a negociar una salida a la controversia, esta se resolvió de inmediato porque el opositor tomo las de Villadiego lo más rápido que pudo.
Los jóvenes Artola por los años 60s.
fotos de flia José Artola 2012
Se puede escribir todo un libro sobre la vida de don Gonzalo y los miembros de su familia, pero para no cansarles les contaré que don Gonzalo fue el pionero de la fundición de Antimonio en Bolivia, construyó una fundición con horno de reverbero en el patio de su casa , usaba materiales y reactivos fundentes naturales de la zona como la lava volcánica de Atocha como  material refractario, la collpa (nitrato y carbonato  de sodio impuro) como fundente y oxidante  y el cactus en la refinación y lo mejor de todo es que conseguía régulos de Antimonio Metálico de alta pureza, tal fue el éxito de su fundición que después de    muchísimos trámites finalmente consiguió un crédito del Banco Minero para hacer una fundición más grande en la Posta (hoy un barrio de Tupiza) ; nunca pudo operar esa fundición por los innumerables sabotajes que le hacían por un lado los que querían coimas y por otro lado los de la competencia que tenían sus negocios comercializando concentrados de antimonio sin darles valor agregado.
Cuando la cosa se puso fea y no se podía pagar el crédito del Banco Minero don Gonzalo entró en mora y un día se aparecieron por un lado los supervisores del Banco que no entendían  que el crédito se hubiera gastado en lo que a ellos les parecía un montón de fierros viejos,  a lo que don Gonzalo les respondió que dentro de esos fierros viejos había seso, algo de lo que carecían los inspectores pues el " know how" de fundir antimonio en esas épocas no se difundía libremente y solo mentes privilegiadas se habrían animado a incursionar en esa técnica sin tener laboratorios, ni conocimientos previos.
Para rematar sus pesares vinieron luego por otro lado los de la Alcaldía que le exigían a don Gonzalo el pago por la luz y el agua, pero resultaba que luz se la generaba el mismo porque la necesitaba para su fundición y agua no salía nunca en la casa donde habitaba porque había crisis de agua y luz en Tupiza por esas épocas y ante la amenaza de que le cortarían esos servicios respondió que mientras no le corten la cabeza o los huevos no le iban a joder.
La araña        por o.sandino
Muchos emprendimientos famosos hizo la familia Artola, criaban abejas, producían abundante miel y jalea  real, se dedicaban a la cría de pollos de raza Orpington (productora de carne) , fabricaban hielo, y hasta se dedicaron a traer pescado de Villamontes por primera vez a Tupiza construyendo ellos mismos sus cajas frigoríficas, lo malo es que no había costumbre en la población por consumir pescado de modo que entre toda la familia y algunos amigos dimos fin a más de 5 toneladas de Surubis y Dorados.
Numerosos fueron los proyectos de esta familia, construyeron su propio automóvil que en el pueblo  llamábamos “la araña”  por su estrafalaria y extraña forma y Dña Marita era la experta conductora, en esa familia todos eran excelentes mecánicos, hasta la cocinera, que cuando no había leña usaba los sopletes del taller de herrería para hacer hervir las ollas, tenían un loro, y hasta el loro parecía mecánico porque sus plumas estaban negras de tanto aceite que se le impregnaba por las caricias que le hacíamos todos al pasar.
Un día don Gonzalo le propuso a mi padre hacer una panadería mecanizada, se fabricaron todas las máquinas ellos mismos, desde las sobadoras hasta el horno, y mi padre puso un quintal de harina para la primera horneada, la mesa estaba llenísima de rico pan fresco, que desapareció en un santiamén pues cada quien venía con un pescado frito y se llevaba 4 o 5 panes para saborear su pescado pero seguramente que no éramos muy piadosos porque a pesar de ese pasaje del evangelio de los 5 panes y tres peces, todo desapareció rápidamente y se termino el proyecto sin  llegar al mercado con la venta del codiciado pan que en esa época se consideraba artículo de lujo pues era la famosa época de los cupos, donde todo estaba racionado y no se conseguía nada en el mercado.
Motor rotativo Wankel de linea
En casa de los Artola se podía fabricar de todo, se arreglaba y desarreglaba todo más o menos como en la historieta de Walt Disney con Pardal que al reparar una tostadora y un toca discos resultó un tuesta discos y un toca tostadas, pero broma aparte, si que eran mecánicos muy hábiles, todos ellos incluso Jorge nuestro compañero que se fabricó un  monociclo con el que hicimos furor en nuestro viaje de promoción y ya en la Universidad diseñó un motor de automóvil rotatorio de combustión interna en reemplazo del motor a pistón,  ya en la vida profesional como ingeniero civil construyo el puente del Toroyo con vigas pretensadas fabricadas por él mismo.Lástima que esa familia se haya casi extinguido pues salvo uno: José que vive en Santa Cruz todos fallecieron por causas diversas muy pronto, se merecen una honra, quizás un monumento o la nominación de una calle o un barrio pero en todo caso un eterno recuerdo como ejemplo de esfuerzo, constancia y capacidad a toda prueba.


DON ROBERTO JEREZ

Mi segundo personaje inolvidable es don Roberto Jerez ,  padre de dos compañeros nuestros, Adelina y Freddy, había venido al sud después de trabajar en la compañía minera Aramayo, dominaba ingles y lo había aprendido autodidácticamente, eso constituía una gran proeza en esos tiempos,  luego de la nacionalización de las minas se vino a Tupiza y no sé si porque la vida era simple en esa época o por lo que fuera también tenía una familia numerosísima si la cuenta no me falla eran doce sus hijos, a mi me gustaba verlos los domingos cuando salían de misa, toditos juntos detrás de su mamá, se parecían a los pollitos que criábamos en casa.
Camión Dodge 1929 (similar)
No sé qué milagros hacía Don Roberto para mantener a tan numerosa familia, lo que me gustaba de él era que tenía un antiguo camioncito de los años 20 que seguía en servicio sólo por la habilidad de don Roberto y en época de vacaciones solíamos verlo pasar por la plaza transportando arena de construcción junto a 3 o 4 de sus hijos, había inculcado en ellos una serie de principios y valores  que hoy se han descuidado como que el trabajo dignifica al hombre, la unión familiar es su fuerza, el temor y obediencia a Dios es la mayor virtud de un cristiano.
Camión Dodge 1929
A mí me gustaba ver a Don Roberto en las reuniones de la comunidad y de los padres de familia, admiraba en él su sensatez, lo pragmático de sus propuestas y la habilidad que tenía de que se aceptaran sus sugerencias, no por nada tenía toda la apariencia física de un imponente patriarca.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ese del que se habla (Jorge Artola), fue mi padre, y no hay un sólo día de mi vida que pase en el que no hable ni pense en él.

Unknown dijo...

Ese del que se habla Jorge Artola fue mi padre, y no hay día que pase sin que hable o piense en él.