Escribe:
Antonio Salas
Es bien sabido que Tupiza es conocida como la cuna del Teatro por la labor desempeñada por el Conjunto Nuevos Horizontes y su director Liber Forti, tal como lo relata Iván Barrientos Oviedo en su libro “Crónicas de Tupiza” (Artes Gráficas COMPAZ 2010 La Paz) que hizo su presentación inicial en 1946 a total beneficio de los Huérfanos de Guerra y de la discoteca de Radio Chorolque.
En
nuestra época , este conjunto había presentado algunas obras como “ Las manos
de Eurídice”, un monologo del psiquiatra brasileño Pedro Bloch que interpretaba
magistralmente nuestro paisano Luis Rico, o “Las Uvas están verdes” y no sé si
contagiados por ese entusiasmo o por influencia de nuestro profesor de
filosofía Mercado, nos pusimos a preparar algunas obras de teatro.
Una de esas obras fue La Leyenda del Tesoro de Rocha, una conocida leyenda potosina que se
refiere a un tesoro escondido en una
cueva por un acaudalado español que tenía una amante nativa muy
simpática a quien había confiado el secreto lugar donde estaba escondido dicho
tesoro, nuestro elenco teatral era el siguiente :Elva Sandino, Antonio Salas,
Enrique (camba )Pereira, Isabel Navarro y
otra@s compañeros que no alcanzo a recordar.
Hicimos
varias representaciones, pues la obra tuvo mucho éxito, incluso una vez la
presentamos en Potosí mismo, el público salía encantado por el realismo con
que actuaban nuestros actores, sobre
todo Elba que hacia el papel de la Española, esposa recién llegada del
vascongado Rocha que al momento de ser ahorcada por la nativa pegaba un alarido
que estremecía a todo el teatro, la ovacionaba todo el público de pie al caer
el telón.

El
elenco de esta obra fue el siguiente: Cenicienta : Brenda Iñiguez ,Madrastra : Hija
1 :Hija 2:no recuerdo Principe Antonio
Salas
Directores
de escena: Prof: Miguel Teixidó Pabón , Prof:
Carlos Mercado
Estrenamos
la obra en el Salón Parroquial, ante un lleno completo, pero lo que quedó entre
bambalinas fue los innumerables ensayos que tuvimos antes de ponerla en escena,
nuestros directores de escena eran muy
exigentes con los actores y nos hacían repetir una y mil veces cada parte de la
obra no sé si porque no lo hacíamos bien, o por mortificarnos, sobre todo a mí
que hacia el papel de príncipe, debía besar a la cenicienta y tímido como era
no jugaba ese papel a pesar de los mil ensayos, transamos en que debía besarle
al menos la mano y ni eso lograba hacer, hay si volviera ahora a esas épocas me
comía a besos a la cenicienta, a sus hermanastras y hasta a la madrasta si no
bajaban el telón a tiempo.
Nunca
fuimos a Pirquitas porque se acabo el año escolar muy pronto, Brenda no regresó
el año siguiente y empezamos a preparar nuestro viaje de promoción al Brasil,
cosa que nos llevó tanta preparación y nos dejo tantos recuerdos que eso merece
un cuento aparte.
Lo
que no es cuento es el empeño que poníamos todo el curso por sacar adelante
cuanto emprendimiento nos propusiéramos, como el pintar nuestras aulas, juntar
materiales para la cancha asfaltada de Basquet o la coronación de la reina del
estudiante.

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