EL
RALLYE DAKAR SEGÚN LOS DEL DAKAR Parte I
Escribe Octavio Sandino sobre ideas y fuentes de la red .
Para entender
lo que significa verdaderamente el Rally Dakár sería necesario adentrarse en el
interior del mismo y vivir la intensidad de cada uno de los kilómetros que hacen
de esta aventura uno de los desafíos más difíciles del mundo de la velocidad.
Pero de igual manera, unos
cuantos metros y una vista del horizonte, permiten una aproximación apasionante
y dejan al descubierto parte de la magia de una competencia que, por sus
exigencias, se ha convertido en el referente en materia de velocidad en el
comienzo de cada año. Ser testigo de una parte de un tramo quizás es un momento
efímero que no dá la posibilidad de entregar un análisis profundo, pués es un
instante que apenas permite aprender a leer, a través de las estelas de polvo,
si lo que está por pasar es una motocicleta, una cuatrimoto, un vehículo o los
imponentes camiones, que hacen de esta prueba algo especial.
El Dakar, aventura humana sin igual cuya historia se
construye en el corazón de los desiertos más hermosos del planeta, pone a prueba a los más grandes pilotos de rally raid del mundo, que compiten
codo con codo con corredores amateur, embarcados a menudo para hacer realidad
un sueño y superar un desafío en su moto, quad, coche o camión. Unas cincuenta
nacionalidades se dan cita cada año en esta mezcla de competición y evento
solidario cuya retransmisión televisiva alcanza a mil millones de
telespectadores en 190 países.
Más que
una mera carrera de velocidad, el Dakár exige capacidades de navegación en
fuera de pista así como regularidad. En el rally raid, prima la resistencia y
los fallos, por pequeños que sean, se pagan caros. Esta mezcla de rigor físico
y destreza técnica seduce desde hace más de treinta años a campeones llegados
desde horizontes de lo más diversos, todos ellos deseosos de ponerse a prueba y
tomarle el pulso a esta carrera inigualable.
Más allá
de la clasificación, a los corredores les mueve este deseo tenaz, este sueño
casi disparatado. Ya sean pilotos de motos, coches, camiones o quads, comparten
una misma ambición, un sentimiento común. La tradición de solidaridad, término
que forma parte de los pilares del “espíritu del Dakar”, nace de esta pasión
compartida que hace que todos hablen el mismo lenguaje.
Nacido en
África, donde se gesta su leyenda, el Dakár se ve atraído, por definición,
hacia lo desconocido. El descubrimiento de nuevos territorios, una de las
razones de ser de la prueba, llevó a la carrera a fijarse nuevos rumbos. El
Sahara hizo las delicias de los pilotos durante casi treinta años. Ahora, el
Dakár se dedica a explorar un nuevo continente, América del Sur , movido por el
deseo intacto de sorprender. Convertida en una prueba internacional de marcado
carácter nómada, el Dakár se apoya en las ansias de compartir y en la amplitud
de miras de sus pilotos, todos ellos dispuestos a explorar los desiertos del
mundo.
RALLY
El término rally es una palabra
de origen
inglés que significa "encuentro, reunión" (thinku en
quechua ) y define una carrera en
carretera abierta. Se utilizó posiblemente por primera vez en 1911 en
Montecarlo y hasta 1920 fue poco
usado. En Europa comenzaron a
llamarse rally a muchas de las primeras
carreras de automóviles y en Francia país donde se celebraron, se le añadió la
letra 'e' al final, quedando: rallye. Debido
a que en Montecarlo fue la primera carrera en recibir este apelativo y al
celebrarse en los primeros días del mes de enero dio el pistoletazo de salida a
varios de los campeonatos en los que formó parte de modo que es inevitable
establecer un paralelismo entre la historia del Rally de Montecarlo y la propia
historia de esta especialidad.
Las
primeras carreras de automóviles se organizaron a finales del siglo XIX y se
disputaban en carreteras abiertas, lógicamente sin asfaltar y con salida y meta
en diferentes ciudades. La mayoría de ellas se celebraron en territorio francés
y París concentró la mayoría teniendo como
meta ciudades como Amsterdan
,Viena o Berlin. Si por entonces el hombre ya competía a pie y a caballo,
también se vió motivo a hacerlo sobre los nuevos carruajes de motor dispuesto a
demostrar que podía con todo. La primera carrera documentada fue la París – Rouen que en 1894 organizó Pierre Giffart
del periódico francés Le Petit
Journal. Estaba reservada a carruajes sin caballo y arrancó el
22 de julio a las ocho de la mañana. El recorrido de 126 km debía completarse
«circulando sin peligro, a costos aceptables y proporcionando confort a los
pasajeros» según los criterios de los organizadores. El ganador provisional fue
el conde Albert de Dion que, a
bordo de un vehículo manejado a palanca, motor a vapor y de construcción
propia, fue descalificado a consideración del jurado en favor de uno de los
rivales que conducía un vehículo de motor a gasolina. El premio se otorgó a un Peugeot y un Panhard et
Levassor. El conde
enfadado organizó al año siguiente la Paris-Bordeaux-Paris
, una maratón de 1200 km a la que se apuntaron vehículos movidos por diferentes
combustibles, gasolina, vapor, gas o electricidad. El ganador fue Emile Levassor que disputó toda la carrera en
solitario y cruzó la meta tras 48 horas y doce minutos con un promedio de 25
km/h. Fuera del territorio
francés, en Italia en 1895 se corrió la Turín-Asti y en
1906 nació el Targa Florio que se celebró hasta los años 70 y en Estados
Unidos se organizó la
carrera Chicago-Evastone con un recorrido de 90 km donde solo dos participantes
llegaron a la meta. En 1898 se organizó la primera edición del Tour de Francia Automovilístico con un recorrido de 2.216 km
repartidos en siete etapas que premiaba más la regularidad que la velocidad.
El
rally es una una competición automovilística que se disputa en carreteras abiertas
al tráfico pero
que se cierran para la celebración del mismo. La parte cerrada al tránsito
rodado se la denomina tramo que es el lugar donde cada participante compite y
que debe completar en el menor tiempo posible. El ganador es aquel que, con la
suma de los tiempos de todos los tramos, haya empleado menos para completar la
carrera.
Este
deporte es una disciplina automovilística con una reglamentación propia y tiene
cuatro grandes diferencias respecto a las carreras en circuitos. En primer lugar, se
disputan en vías públicas convenientemente cerradas al tránsito rodado; en
segundo lugar, el tipo de vehículos utilizados deben ser aptos para
circular por carreteras públicas por lo que deben estar matriculados y dotados
de los mismos elementos obligatorios que el resto de coches como los faros, la
rueda de repuesto o los intermitentes. La tercera peculiaridad es que a
diferencia de los circuitos, los equipos que compiten en rally están dotados de
dos personas: un piloto y
un copiloto,
cada uno con una función distinta. La cuarta y última característica es que
mientras en circuitos, todos los participantes toman la salida a la vez, en
rally lo hacen de uno a uno con un tiempo de un minuto entre ellos por lo que
cada piloto compite en solitario y rara vez se topa con un contrincante durante
la carrera, salvo que este se haya accidentado o se haya parado por una avería.
Todos estos aspectos están fijados en una normativa que la Federación Internacional del
Automóvil, el ente máximo del deporte motor, establece. Esta
normativa es genérica para todos los países, pero en cada uno ellos las
respectivas federaciones locales pueden variar las normas a su criterio. Por
ello se puede establecer un patrón común pero las características y
funcionamiento de un rally varían si se trata de una prueba del Campeonato del Mundo de Rally, una prueba
internacional o una nacional o regional. Además, el formato de los rally han
variado mucho a lo largo de los años. En el pasado se disputaban por carreteras
abiertas, con salidas desde diferentes puntos y con una ciudad como meta, el
kilometraje era mucho mayor y los vehículos eran prácticamente idénticos a los
de serie.
En rally
se compite con automóviles de turismo debidamente modificados para su
adaptación a la competición aunque es frecuente ver motos y camiones en su principal variante los raids y al igual que otras competiciones
automovilísticas, es un deporte mixto, donde hombres y mujeres compiten en
igualdad de condiciones.
El organismo rector de estas competiciones a
nivel mundial es la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Se organizan en
todo el mundo competiciones continentales
,nacionales y regionales.
La FIA organiza entre otras competiciones el Campeonato Mundial de Rally, considerado
como la competición más importante del automovilismo junto con la Fórmula 1.
Abarca rallies disputados en varios continentes bajo diferentes condiciones
climatológicas y superficies: tierra, asfalto, nieve, gravilla o hielo. Algunos
de los rallies más populares son el Rally de Montecarlo, el Rally de Gran Bretaña y el Rally de Finlandia y finalmente el Rally Dakar
que se corre en Sud América desde el año 2009 .
DAKAR
EN AFRICA
THIERRY SABINE
En 1977, Thierry Sabine, el creador del rally París Dakar, se
extravió en el desierto de Teneré , en Níger, mientras corría en su moto Yamaha
el rally Costa de Marfil-Costa Azul. Relata en su libro París-Argel-Dakar que
estuvo dos días deambulando bajo una temperatura agobiante, que en el Sahara
puede pasar los 50 grados, hasta que providencialmente fue hallado por los
organizadores.
fascinado por los paisajes decide
compartir con otros su descubrimiento. Es así que se inventa un recorrido
saliendo de Europa. La ruta alcanzaría Alger, después pasaría por Agadez y se
acabaría en Dakar. El fundador le pone un lema a su creación: "Un desafío
para aquellos que parten.Un sueño para quienes se quedan “
Gracias a una fuerte
convicción y una brizna de locura, propias a las grandes ideas, el proyecto se
concretiza rápidamente. El París-Dakar, una competición diferente, abierta
incluso a los sin títulos, y que conlleva un mensaje de apertura hacia el otro,
llama la atención, sorprende y seduce. A lo largo de casi 30 años, muchas
historias deportivas y humanas se fueron escribiendo
Dos años después, en 1979,
monta la primera versión del rally París-Dakar. El 14 de enero de 1986 el
helicóptero en el que supervisaba una zona de la competencia, en Malí, es
envuelto por una tormenta de arena, choca con una duna de 30 metros de altura y
acaba con la vida de él y 4 ocupantes más.
ARDE EL DESIERTO
Por supuesto, no para alentar a los
competidores o para recibirlos con té en el desierto. Días antes, el 24 de
diciembre del 2007, cuatro turistas franceses habían sido asesinados en la
frontera entre Mauritania y Senegal, al parecer por miembros del BAQMI (Brazo
de Al Qaeda en el Magreb Islámico). Eso hizo que el ministro de Exteriores de
entonces,Bernard
Kourchner, declarara a RTL, una radio francesa, “que podía
haber otros atentados”.
Laurent Lachaux, miembro de ASO (Amaury Sport Organization,
la empresa que organiza el evento), quien también se encuentra en Lima, relata
que todos los años “hacen coordinaciones con los países” por donde pasa el
Dakar, para garantizar la seguridad. Ese año había versiones sobre amenazas,
pero no fue sino hasta que el gobierno de Nicolás
Sarkozy se pronunció que se decidió dejar a
los pilotos con los timones hechos.
El punto neurálgico, todo lo indicaba,
era Mauritania, a donde el director del rally, Ettiene Lavigne, había viajado, en el mismo diciembre
fatal. Las autoridades mauritanas, por cierto, le habían asegurado que todo
estaba en orden, que 3.000 efectivos de seguridad velarían para que no existiera
amenaza alguna entre la aridez y las dunas. Si uno ha estado en esos lares, sin
embargo, sabe que el Sahara no siempre es un lugar tranquilo y
arrobador.
Fue así como el rally salió de la
escena africana. A pesar de que, recuerda Paz, había un piloto mauritano,
llamado Mohamed Zeidane ould Soueid Ahmed, quien fue el único africano que
llegó a la meta del Dakar en el 2007. Y a pesar de los millones que se
perdieron en Atar, una ciudad al noroeste de dicho país, que ya se preparaba,
como sucede ahora en Lima y otras ciudades, para beneficiarse de la fiebre
festiva motorizada.
A SALTO DE DUNA
No era la primera vez, sin embargo,
que por las arenas de la competencia asomaban amenazas, controversias e incluso desgracias (ver recuadro). En 1991, como reportó
en su momento el diario El Mundo de España, Charles Cabannes, piloto de un camión de asistencia
del rally, fue baleado en Malí, un país africano sacudido por un conflicto
entre el ejército y los tuareg, un pueblo nómada que busca su independencia con
las armas.
Si hoy,
por ejemplo, al Dakar se le ocurriera volver a pasar por Malí, los riesgos se
mantendrían. La rebelión tuareg recrudeció el 2012 e incluso fue tomada la
legendaria ciudad de Tombuctú, foco espiritual e intelectual del Islam y del
continente africano durante siglos. Ya antes, en el 2006, debido a los
tumultuosos enfrentamientos que rondan la zona, el Dakar suspendió su paso por
esta urbe, antes visitada afanosamente por turistas.
Episodios similares –de suspensión o
alteración de recorridos– ocurrieron en el Chad (1992), Argelia (1993), Níger
(1997) y
Egipto (2000). En todos los casos fue por el riesgo de toparse con enfrentamientos tribales, luchas intestinas o comandos integristas, a todos los cuales, ciertamente, el rally no les importa una acacia. Aún hoy en Argelia, y este cronista lo ha vivido, sumergirse en el desierto implica riesgos no desdeñables.
Egipto (2000). En todos los casos fue por el riesgo de toparse con enfrentamientos tribales, luchas intestinas o comandos integristas, a todos los cuales, ciertamente, el rally no les importa una acacia. Aún hoy en Argelia, y este cronista lo ha vivido, sumergirse en el desierto implica riesgos no desdeñables.
Otro frente todavía abierto en la ruta
africana del Dakar está en el Sáhara Occidental. La zona, de una belleza
inconmensurable y una soledad embriagadora, se encuentra en disputa entre
Marruecos y el Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguía el
Hamra y Río de Oro), el movimiento que busca la independencia del pueblo
saharaui desde 1979. Hay un alto al fuego entre ambos, que data de 1991, pero
no una solución.
En las
arenas solitarias de este territorio existe un muro de 2.000 kilómetros
construido por el gobierno marroquí a partir de 1981 y hay miles de minas
esparcidas, una de las cuales habría matado al piloto de camión del rally
Laurent Gueguen, en 1996. El 22 de diciembre del 2000, el Polisario anunció que
podría reanudar las acciones armadas si en enero del 2001 el Dakar volvía a
ingresar, sin permiso, en lo que ellos consideran su territorio.
El dato proviene de un Informe de la ONU del 2002, en el cual se consigna
que el rally París-Dakar “aumentó las tensiones en ese momento”
entre Marruecos y los saharauis. Para el 2002, los organizadores pidieron
permiso a ambas partes, pero no se pernoctó en el territorio en disputa, que se
cruzó entre el 3 y 4 de enero “sin que se registraran incidentes”. El Polisario,
final y felizmente, no alzó las armas ante el paso de los bólidos.
El Rally Dakar abandonó el desierto africano en el
2008. La decisión fue tomada por las amenazas terroristas, y las luchas tribales,
y a la vez hizo evidente la diferencia entre correr en las demoledoras arenas
del Sahara y los algo más amigables parajes de Perú, Chile y Argentina.
OTRAS ARENAS : ARGENTINA ,BOLIVIA,
CHILE ,PERU.
Ahora
bien, la llegada a Sudamérica del Dakar en el 2009, primero a Chile y
Argentina, y desde el 2012 a Perú, ha desatado entusiasmos y comparaciones algo
delirantes. Como aquella de que, prácticamente, no tenemos nada que envidiarle
a la ruta anterior del rally africano .
El deslumbrante y agotador desierto
africano es el más grande del mundo, se extiende a lo largo y ancho de más de 9
millones de kilómetros cuadrados y cruza los territorios de 11 países: Marruecos, Túnez, Argelia, Libia,
Egipto, Chad, Mauritania, Níger, Malí, Sudán y la República Árabe Saharaui
Democrática (RASD), un país reconocido por unos 80 estados.
En varias
partes, el Sahara está poblado de beduinos, nómades árabes del desierto, que
por lo general andan con sus manadas de dromedarios o cabras, buscando fuentes
de agua o alguna vegetación estacional. Forman grupos tribales, habitan en
jaimas (carpas) y su ritual inevitable, signo de militante hospitalidad, es
invitarte una tacita de té cuando los visitas. Hablan diversos dialectos del
árabe, como el hassaniyya, el idioma de los saharauis.
Andan
vestidos con un turbante, similar al que usan los tuareg (estos sí originarios
del Sahara, a diferencia de los beduinos que provienen de la Península
Arábiga). Ese es el origen el famoso símbolo del rally, que ahora innumerables
personas lucen o que se vende por rumas en el Dakar Village, montado en la parte de la Costa
Verde correspondiente a Magdalena. Sin esa pequeña prenda, la vida en el
desierto se hace francamente imposible.
Sirve para protegerse del sol, para
hacerse sombra en el cuerpo y para estar a salvo de las feroces tormentas de
arena del Sahara ,En algunas zonas, se le denomina siroco, y tal como me
comentaban en medio del Sahara unos pobladores saharauis, “cuando viene no
queda más que meterse en una jaima y esperar”.
El catalán Roma y el franco-uruguayo Laurent Hazard, también participante en el Dakar en
moto, saben de esa difícil presencia. Cuentan que eso hacía más difícil la
aventura del rally africano, aun cuando reconocen que en Sudamérica hay otras
dificultades, como subir a más de 4.000 metros en alguna zona entre Chile y
Argentina y ahora Bolivia.
Con todo, un extravío en el Sahara, o
en otros desiertos colindantes, puede ser fatal, por la extensión, por la falta
de servicios, por la desolación. Como comenta Hazard, “acá (en Sudamérica) la
gente tiene más afición, hay pueblos más cercanos”. En África, la salvación no está tan cerca.
¿SOLIDARIOS Y SOLITARIOS?
Tampoco
hay hospitales en los pueblos cercanos para atenderse en caso de una gran
emergencia, lo que abre la mirada a una controversia que también ha acompañado
al Dakar durante años: ¿por qué hacer esta supercompetencia, millonaria, en un
continente sembrado de miseria?
En Argentina, por ejemplo, la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM) ha criticado el hecho de que
la ruta constantemente se cambie y se mantenga en secreto, algo que, según
ellos, no garantiza la conservación. Para neutralizar esas tormentas, ASO ha
creado la Fundación Dakar Solidario, que apoya a las poblaciones que están en
el recorrido del rally. En Lima, se han vinculado con el ya conocido proyecto
'Un techo para mi país'.
Nani Roma,
por último, afirma que, a pesar de todo, en el 2000 el Dakar contribuyó nada
menos que al 13% del PBI de Níger, uno de los países más pobres del mundo.
Aunque la polémica no se detendrá, y los riesgos y las injusticias son reales,
lo que parece innegable es la pasión que desata esta megacompetencia. Al punto que alguien tan singular
como Gadafi toleró por años el rally, sin remordimiento alguno.
57 VÍCTIMAS
Desde su creación, el rally
París-Dakar (ahora solo Dakar) ha dejado 57 víctimas. La primera fue el
motociclista francés Patrick Dodin, quien falleció en la primera versión
(1979), y la última el también motociclista colombiano Mauricio Saldarriaga, quien no participaba pero que murió
al tratar de subir a una duna.
El año más trágico fue 1986. Aparte
del propio Sabine, inspirador del Dakar y sus 4 acompañantes (entre ellos la
periodista Nathalie
Odent), murieron
los motociclistasYasuko
Kaneko (Japón) y Giampaolo Marinoni (Italia).
Los
espectadores o habitantes de la ruta del rally también han sido víctimas. En
1984, una mujer fue atropellada por una Range Rover. En 1985 fue una niña
nigeriana y en 1988 una niña en Malí, y una madre y su hijo en Mauritania.
Para 1990,
ya habían muerto 6 periodistas y seguía el conteo. En la versión 1994 murió un
niño senegalés y en 1996 una niña guineana. En 1998, el choque con un taxi
provocó 4 muertos en Mauritania. Y en el 2006 dos niños más murieron arrollados
en este país.
En el año
2011 falleció un piloto argentino de quadratrack en la provincia de Buenos
Aires y en un camino vecinal cercano a Tinogasta Argentina cerca del vivac de Fiambalá un camión de apoyo chocó con una
camioneta Rastrojero pereciendo el chofer de éste último .
Pero, así
como el rally tiene ese rastro de tragedia, también lo tiene de altruismo. Ari
Pieti Uolevi Vatanen, piloto finlandés que actualmente es miembro del
Parlamento Europeo, lo ganó 4 veces, mientras llevaba en su auto una insignia
que decía “No a la pena de muerte”.
DAKAR
EN AMERICA
El Rally Dakar,
que se realizaba en África, era una competencia de referencia dentro de la
actividad del mundo a motor para la región, pero quiso el destino que desde
hace seis años el ‘gran circo’ se trasladara a tierras Latinoamericanas,
surcando lugares paradisíacos, imponentes y difíciles de Argentina ,Perú y Chile y en el próximo año 2014 se agrega
Bolivia pasando por el departamento de Potosí pero sólo para motocicletas y
quadratracks . Perú no esta contemplado en éste nuevo recorrido .
Un cambio que
le ha permitido a los habitantes de Sudamérica y en particular para los sureños
de Bolivia sentirlo como un evento más
cercano y posible, y no parte de la utopía y de sueños irrealizables.
Un experto, el
portugués Carlos Sousa, quien había contemplado el retiro en 2010, tras haber
transitado con éxito con Mitsubishi, Nissan y Volkswagen, logrando incluso una
cuarta posición en el año 2003. Él, un hombre sencillo con sus palabras claras,
ayuda a entender qué se esconde detrás de una competencia de estas
características. “Definitivamente hay que estar loco para enfrentarse todos los
años a una prueba tan exigente. Siempre me pregunto, qué estoy haciendo acá,
con este calor, y arriesgando mi vida”, dice el corredor.
Enfrentado al
peligro, Carlos Sousa cree que si bien el talento, una buena capacidad física y
el entendimiento con el copiloto son fundamentales para llegar a la meta, una
clave importante es adelantarse a lo que puede suceder, pues afirma que “en
muchas etapas de un tramo la visibilidad es nula y tengo que decirlo, gran
parte del Rally Dakar se hace a través de la intuición”.
Entonces, ¿qué
es lo que anima a estos hombres a seguir adelante? Carlos tiene la respuesta:
“La pasión. Lo hago porque me gusta y quizás porque me atraen los riesgos. No
hay otra explicación. Quizás podría jugar golf y ganar más dinero, pero esto es
lo que me gusta y lo que hago bien”.
El hecho de
haber competido tanto en África como en Latinoamérica le permiten hablar con
juicio de las diferencias. “Las hay entre un lugar y otro. En África las
dificultades eran mayores, pues acá en América Latina uno tiene la posibilidad
de dormir en hoteles y comer bien, mientras que allá es muy duro, pues nos toca
quedarnos en el campamento. Además, uno sabe que acá, si tiene algún
inconveniente, siempre llega alguien a ayudarlo, porque es muy común ver
pobladores en diferentes lugares de la jornada. En cambio, en África, había que
tener raciones, pues fácilmente uno podía quedar una o dos noches en medio del
desierto”.
Un aspecto
fundamental es la convivencia con el copiloto y Souza explica muy bien qué es
lo que sucede dentro del habitáculo, en jornadas tan extensas, en las que no
hay espacio para la conversación. “En el carro solo hablamos lo esencial. Él
lee las notas y yo le pido la comida y agua para hidratarme. Uno no puede
estresar al copiloto, pues como los tramos son secretos, una mala lectura del
libro de ruta nos puede llevar a perdernos o causar un accidente. Lo que sí es
importante es motivarlo siempre, pues la armonía es fundamental dentro de la
cabina”.
La llegada de
la competencia a la región les ha permitido a más latinoamericanos tener acceso
a la misma
Competir en un
Dakar se ha convertido en el objetivo de muchos pilotos, pero para hacerlo de
manera profesional, Carlos Sousa viejo piloto portugués tiene un concepto
contundente y un mensaje para quienes así lo desean. “Primero que todo deben
concientizarse de que no van a dormir bien y que hay muchos riesgos y
accidentes mortales, sobretodo en la motos. Es mejor, cuando se viene, pensar
en lo peor y estar preparado para todo. Además, hay que tener en cuenta que los
costos son muy altos y que esto no es posible para una persona cualquiera.
Además de una buena preparación física, se necesita una chequera muy grande,
estamos hablando entre 650 mil a un millón de euros”.
Afirma, antes de terminar diciendo que “cuando cruzo la meta
siempre me digo, por fin terminó esto”.
EL DAKAR PASANDO POR TUPIZA
BOLIVIA
DEL SAHARA A LOS CERROS
COLORADOS
Es lo más trascendental en lo deportivo que podría ocurrir a éste
antiguo pueblo, que vive emocionado el desarrollo del evento, aunque sabe que
todo es veloz,efímero y rápido y que sus cerros colorados serán mudos testigos
de la fugaz presencia de máquinas y pilotos ,vivirá intensamente esos momentos desde los cerros, quebradas,curvas
del camino, ríos ,puentes, chacras,recostado entreverado en los maizales, los sauces y molles , verá
pasar ráudamente la caravana y pensará que soñar es vivir y que los sueños se
convirtieron en realidad .
Fuentes, de la red de Internet,Wikipedia,R. Escoba, periodistas fotógrafos
y aficionados anónimos .
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